Buenos Aires, Argentina

Vera con Mago, según Vera el tipo más amable del mundo

Llegué a su obra a través de Seres queridos, un libro de cuentos que me impactó con relatos perturbadores e intensos, y hasta por momentos incómodos y sin embargo imposibles de soltar por lo bien narrados y por su extraña belleza.

Le agradezco enormemente a Vera que con muchísima gentileza se haya sumado a este proyecto para contarnos qué disfruta hacer cuando no escribe.

VG: Va cambiando. Durante mucho tiempo podría haber respondido que los policiales, más tarde que el terror, hoy busco sobre todo documentales que me ayuden a pensar y entender este presente o que me sirvan como ventana para asomarme tanto a universos que me interesan como a los que desconozco completamente. El documental, además, es siempre un género que requiere del otro lado algún tipo de obsesión, y las obsesiones ajenas me fascinan.

Como lo que cuenta la gran Hebe Uhart en “Guiando la hidra”, también siento que son una presencia importante en mi casa, cada una con su temperamento.

Las hortensias que le dijeron que no sobrevivirían en la terraza
Una de sus plantas de interior
Del vivero de Boedo adonde siempre va

VG: Un limonero que regaló mi hermano hace muchos años y que sigue prosperando y dando unos limones perfectos y que ya se recuperó de mil plagas y que me dejó toda rota cuando lo tuve que trasplantar la última vez. Es el titán de mi terraza. Y un pequeño cactus que me regaló una amiga hace muy poco pero que ocupa un lugar especial en mi escritorio, por su belleza y por lo que ella y yo sabemos que significa.

Limonero

VG: En mi proceso creativo no, pero sí son parte de mi rutina diaria. Sobre todo en verano, que es cuando tengo que estar más atenta al riego y a las plagas. Las ventanas abiertas de la casa invitan a muchas pestes.

VG: Dibujo como distracción, como pasatiempo, como juego. Mi mamá era profesora de dibujo y cuando era muy chica me enseñó algunos fundamentos básicos que me ayudan a hacer no sólo garabatos. Con el tiempo me fui dando cuenta de que es algo a lo que recurro cuando necesito pensar. Pongo música, abro cualquier cuaderno de hojas lisas, un lápiz negro de punta blanda y dibujo, cualquier cosa, o intento copiar alguna imagen.
No es una actividad creativa, no lo hago por eso, es una actividad que me mantiene concentrada, relajada y quieta (combinación casi imposible para mí de otra forma), pensando.

Vera dice que dibuja y tira, por suerte estos se salvaron
Mago, el gran compañero. «Mi casa no sería mi casa sin libros, plantas y él» Vera Giaconi
Dibujo de Vera
Miniaturas en las plantas de interior
Orgullo de Vera: unas semillas de roble encontradas en Pinamar brotaron en esta maceta

VG: Seguramente sí, por esto de que dibujo para pensar, y a veces en lo que tengo que pensar es en lo que estoy escribiendo o en lo que quisiera escribir.

Bio Vera Giaconi

Vera Giaconi nació en Montevideo en 1974, pero vive en Buenos Aires desde muy chica. Escritora, editora y docente, ha trabajado durante años en el mundo editorial y actualmente coordina talleres y clínicas de escritura.

Publicó dos libros de cuentos que dejaron una marca en la narrativa contemporánea: Carne viva (2011), editado por Eterna Cadencia, y Seres queridos (2017), por Editorial Anagrama. En ambos, Vera se adentra con maestría en los vínculos familiares, afectivos y en los costados más filosos de la intimidad.

Sus relatos —realistas, inquietantes, a veces incluso perturbadores— muestran un gran manejo del lenguaje y una mirada muy afinada sobre lo cotidiano. Seres queridos fue finalista del Premio Ribera del Duero y ya ha sido traducido a varios idiomas.

Vera Giaconi es, sin duda, una de las voces más sólidas y potentes del cuento en lengua española actual.

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