Buenos Aires, Argentina

Mauro Libertella en La Haya

A Mauro Libertella lo descubrí gracias a mi amigo Juan Manuel Iglesias en una charla en la que nos recomendamos libros y autores. En un momento, lleno de entusiasmo dijo: “Tenés que leer Un futuro anterior y Mi libro enterrado”. Seguí su consejo, quizás contagiada por su pasión, y fue así que me sumergí en el universo Libertella.

ML: Aprendí a andar en bicicleta (sin rueditas) un verano en Pinamar, cuando era chico, aunque no recuerdo la edad precisa. Me enseñó un vecino de una especie de condominio ochentoso donde mis abuelos tenían un departamento. Me acuerdo de la adrenalina de esos primeros 50 metros en una calle de tierra, cuando miré para atrás, me di cuenta de que ya me había soltado, y sentí que volaba. Desde entonces siempre en algún momento siento que vuelo.

ML: Sí, nunca hice bicicletadas en grupo, de esas que a veces veo en rutas o avenidas. Todos vestidos parecido, circulando como en una coreografía. Tiene su belleza, pero no lo probé. Varias veces anduve de a dos, pero es una rara experiencia donde compartis una soledad: hablar no es cómodo, y entonces vas en la tuya pero con otro que está en la suya. De a dos es muy lindo en otra ciudad, haciendo turismo, conociendo un lugar.

Una de sus compañeras

ML: Uso la bicicleta para muchos de mis movimientos cotidianos, llevar niños a escuela, ir a algún bar, ir a trabajar, ir al cine. Todos esos movimientos están previamente estipulados ya, suelo ir por las mismas calles, los mismos caminos; en verano, paro a descansar bajo la sombra de los mismos árboles. Luego están los momentos en los que simplemente salgo a andar, y ahí me suelto a una forma módica de la improvisación, porque finalmente siempre recaigo en las mismas manzanas y barrios, de modo que los circuitos con el tiempo tienden a repetirse.

ML: Nunca hice recorridos en bicicleta por la naturaleza. No soy exactamente un fan de la naturaleza, me gustan las ciudades, y sí me gustaría circular en bicicleta por muchas ciudades, nuevas, conocidas, grandes, chicas. Subirme en un bicicleta con cambios a una montaña me parece una pesadilla. En cambio, andar por el pavimento y parar a tomar un café o entrar en una librería: qué más se puede pedir.

Mauro en Café Rivarola

ML: Como creo que le pasó a muchos, mi relación con la bicicleta tuvo un punto de giro en la pandemia. No podía subirme a colectivos, no me daban muchas ganas de andar en auto, y entonces me compré una bicicleta urbana tipo fixie muy linda, negra y naranja, y me enamoré. Desde ese momento, me compré dos más y ahora tengo tres bicicletas distintas para momentos distintos, como quien tiene ropa de invierno y ropa de verano. Se convirtió en un vicio, aunque quizás la palabra pasión tenga mejor prensa. Tengo un amigo que es mucho más fanático que yo, y se manda a hacer bicicletas a medida y entró en grupos de competencia de ciclismo, en pistas especiales, ese tipo de cosas. No creo que lo mío vaya para ahí. Encontré mi placer en mis bicicletas medio pelo pero que van perfectas para mi carácter, por asi decirlo, mis movimientos urbanos siempre iguales, mi velocidad, mi sensación de que en algún momento estoy flotando sobre Buenos Aires. 

Bio Mauro Libertella

Mauro Libertella es escritor, periodista, crítico literario y autor de varios libros como Mi libro enterrado, El invierno con mi generación, Un reino demasiado breve , Un futuro anterior, Un hombre entre paréntesis: Retrato de Mario Levrero, Ricardo Piglia a la intemperie, Canción llevame lejos, entre otros.

Notas

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