Buenos Aires, Argentina

NR: Hace muchos años que juego, empecé con revistas y después pasé a la computadora en una versión que se llama killer y que dificulta un poco más el cálculo de los números. Siempre me gustó hacer cuentas, diría que hay algo de ordenar los números correctamente que me atrae, como pasar por la cocina y ver que ya lavé los platos. Al mismo tiempo me resulta una especie de meditación: cuando juego mi mente se concentra solo en eso.

NR: No, porque en el sudoku esa precisión está más allá de la singularidad, solo hay un número correcto para cada casillero. No pienso así la escritura y aunque un gran cuento tiene todo en su lugar, ese descubrimiento es mucho más subjetivo.

NR: Cuando salgo a caminar (no recreativamente) voy con auriculares, como si fuera una forma de que la actividad física pase más rápido (a pesar de que me gusta caminar)

NR: Lo que escucho depende de mi ánimo: si estoy bien puedo ponerme un podcast o música. Y como soy looper diría que cada año tiene sus artistas que se repiten una y otra vez generando algo parecido al sudoku: a la noche, cuando voy a dormir, a veces suenan esas canciones en mi cabeza o apenas cierro los ojos puedo ver los casilleros y los números. Cuando no estoy tan enérgica entonces compenso y elijo algo movido y/o estridente. Algo que deje poco espacio al pensamiento.

NR: Las caminatas como actividad física a veces las hago en el vial costero de Vicente López y a veces voy para la quinta presidencial. Depende del día, del tiempo que tenga, de si voy sola o con alguien. Pero con mi perra tenemos otro ritual.

NR: Vamos al Paseo del Viento que es el lugar donde ella anda suelta de acá para allá y donde yo me siento mejor (si estaba mal me pongo bien, si estaba bien me pongo mejor).  Ahí no suelo escuchar música, me gusta prestar atención a los pájaros (hay una especie de observatorio), a cómo da el sol sobre el agua, ver cómo Amiga (mi perra) husmea en busca de comida y de pronto me agacho a la distancia y ella viene corriendo. Es mi momento favorito del día.

Amiga 🐶❤️

NR: No, de hecho antes ni le prestaba atención, como a tantas otras cosas. Pero ahora el río es un momento. Y por río me refiero no solo a las plantas que lo rodean, a los animales que van y vienen, sino a mirar qué hay en la orilla cuando el río está bajo o cómo salpica cuando da la sensación de que podría taparme.

Natalia Rozenblum (Buenos Aires, 1984). Estudió Filosofía en la UBA. Publicó las novelas Los enfermos y Baño de damas, los libros-objeto Cuaderno de escritura y Cuaderno de creatividad y el poemario Un jardín de eucaliptos. Dicta talleres literarios desde 2008, tuvo la librería «La vecina libros» y es una de las creadoras de la revista en papel «El gran cuaderno».

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